La democracia del cine
En el Rojas, festival de películas hechas con cámaras de fotos
Lo impensado. ¿Qué genialidades habría hecho Stanley Kubrick si en el momento de pensar sus películas hubiera tenido una cámara de fotos con función de video en su bolsillo? Quién sabe... El hecho es que en el Centro Cultural Ricardo Rojas, el miércoles pasado, a las 19 en punto, atravesando un sector con carteles peruanos y fotos de la muestra Cumbia chicha, señoras y señores, boinas y moños, guitarras y grisines entraron en la sala de cine para disfrutar de las peculiares piezas audiovisuales del Primer Festival de Cine Hecho con Cámara de Fotos.
Y es que no siempre los cineastas dejan la filmadora y se animan a la función de video de sus cámaras de fotos. Entre los espectadores, en su mayoría familiares, se oyen algunos interrogantes: "¿En qué consisten?" "¿Cómo habrán hecho?" "¿De qué trata la de Fran?" Una chica se empeña en explicarle a un señor cómo fue que el tal Fran llegó a hacer una película con su cámara de fotos. La chica es María Sureda, autora de la muestra de fotos de la entrada y novia de Francisco Vázquez Murillo, el cineasta.
"Es un regalo -explica Fran-. Se llama María camina, y la filmé en un viaje, con dos buenas cámaras de fotos diferentes." Así, Vázquez Murillo explotó todas las funciones de su cámara, hasta el night-shot, mientras su novia caminaba por un vivero, por la playa, por una calle, por un bosque? Del concurso se enteró después, y como su corto cuadraba justo con las bases, allí fue.
"No es más fácil -sigue Vázquez Murillo-. Todo radica en la idea. Uno puede hacer cine con celulares, bajando material de YouTube, y narrar desde cualquier lado. Y es más accesible."
Las luces se apagan y Raúl Manrupe, coordinador del festival, toma el micrófono para explicar: "Nos parecía interesante mostrar esta actividad creciente. Está muy bueno desde lo estético, por las posibilidades que brinda una cámara de fotos". El puntapié inicial lo habría dado la película de Raúl Perrone La Navidad de Ofelia y Galván, filmada con una cámara de fotos digital. "Es importante que, más allá de lo experimental, se empiece a filmar, y lo que veremos hoy es una respuesta de esto", concluye, y entonces empieza la función.
Un chico se revuelca entre sábanas floreadas y amanece solo. La cámara de Cecilia Dafonte capta un domingo cualquiera en la vida de un hijo de vecino, con tomas fijas de su rutina, que incluyen desde comer bizcochitos y fumar en el balcón hasta darle de comer a los peces, bostezar y volver a quedarse dormido. La imagen es amarilla; el clima, cálido, y la calidad, impecable.
"La cámara de fotos permite hacer miles de cosas, con seteos de luz, apertura de diafragma..., cosas que una cámara de video de ese precio jamás podría", explica Manrupe. El secreto está en saber aprovechar el medio.
A Domingo la sucede Fragmentados, una ficción sobre los inmigrantes de Buenos Aires con una particularidad: la cámara lenta. Nuevamente el encuadre es fijo, y la luz tiene un tinte rojizo.
Se encuentra la belleza de la casualidad en la teatral Waiting Room, donde dos personajes esperan su turno en una sala de espera. Nicolás Silbert, cineasta y director del corto, unió sus estudios de clown con su cámara de fotos que filma en alta definición, su estudio chiquitito y voilá! Dice que esta historia se podría haber filmado con cualquier cámara, hasta con una chatita de bolsillo, y reflexiona: "Lo que uno quiere contar no debería estar atado al formato".
Desde la Universidad Nacional de Córdoba, Juan Darío Almagro presenta Mi compañero, documental sobre Esteban, un sin techo, y su perro. Aprovecha las ventajas del formato y sigue al protagonista de cerca, con una cámara subjetiva, íntima y sensible. La velada termina con Las Angelitas, 58 minutos de ficción dirigidos por Alberto Estoup, del Taller de Ituzaingó.
Y todo el mundo deja la sala con ganas de hacer cine. Cosa muy posible, las cámaras digitales son chicas, livianas, fáciles de manipular y están al alcance de la mayoría. La edición del material filmado es más rápida, porque graban videos aptos para ser levantados desde la computadora y trabajados con cualquier programa de edición (como Final Cut, Adobe Premier, Sony Vegas, y más amateurs, i-Movie y Movie Maker). Las lentes de la cámara sirven también para filmar. Y bajan los costos de iluminación, y el alquiler de equipos y materiales fílmicos, como rollos. "Se pueden juntar muchas cámaras para obtener varios puntos de vista", propone Silbert.
"Es una práctica democratizadora, hoy se puede hacer cine con cualquier cámara digital, lo que va a variar es la calidad final -explica Raúl Perrone, jurado del festival-. Mi consejo es salir y filmar."
La idea entusiasma a más de uno.
Carolina Pierro
- El festival sigue hoy, mañana y el miércoles, siempre a las 19, y la entrada es gratis. En Corrientes 2038. Más información, http://www.rojas.uba.ar/
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